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Villa Cloud, “Yo compré un chalet en Costa del Sol”

No cabe la menor duda de que estamos desde hace varios días en pleno apogeo del periodo estival, y con él, vienen el sol, el calor, la playa, y toda la imaginería asociada. A los que podáis disfrutar de unas estupendas vacaciones, mi enhorabuena. A aquellos que no, no os alarméis: nuestro pasatiempo favorito está […]

No cabe la menor duda de que estamos desde hace varios días en pleno apogeo del periodo estival, y con él, vienen el sol, el calor, la playa, y toda la imaginería asociada. A los que podáis disfrutar de unas estupendas vacaciones, mi enhorabuena. A aquellos que no, no os alarméis: nuestro pasatiempo favorito está plagado de juegos repletos de playas y palmeras en los que solazarse, aunque sea virtualmente. Hasta el más duro de los héroes necesita tomarse un descanso de cuando en cuando, y esto es algo que debieron pensar los creadores de Final Fantasy VII cuando añadieron al juego el área de Costa del Sol (no es broma, es su nombre oficial, コスタ・デル・ソル Kosuta Deru Soru), un lugar en el que surfear, broncearse, nadar en la playa… y comprarse un chalet.

La primera vez que llegábamos allí, Tifa y Aeris se iban a la playa a tomar el sol, Yuffie montaba su propio puesto de venta de materia, Red XIII se entretenía jugando al futbol con los niños… y Cloud se intentaba adentrar en el mundo del mercado inmobiliario. Decimos “intentaba” porque la primera vez que llegábamos a la ciudad costera el inmueble, una casa a la misma entrada de la localidad, costaba la friolera de 300 000 giles, una cantidad nada despreciable.

Mas tarde, tras haber vivido innumerables aventuras, y habiendo ganado la capacidad de desplazarnos a donde nos viniese en gana con facilidad manejando nuestra aeronave, el Viento Fuerte, contábamos con el capital suficiente y los medios para ir y volver rápidamente, de modo que tras acabar con ingentes cantidades de monstruos más de un jugador volvía para quitarse la espinita clavada de no haber podido adquirir la casa, que muy adecuadamente se bautiza como “Villa Cloud”

Lo cierto es que la casa no posée ninguna característica en especial que justifique tamaño desembolso: sí, podemos dormir gratis siempre que queramos, pero también podemos hacerlo en los camarotes del Viento Fuerte. Sin embargo, existe cierto sosiego en saber que tras misiones secundarias, crías de chocobós, batallas épicas y búsquedas de materias legendarias, hay un pequeño rinconcito de este mundo digital en el que nuestros personajes pueden relajarse y tomarse unos refrigerios en primera línea de playa sin tener que deberle un duro a nadie.
Esa satisfacción se ve reflejada hasta en el dialogo del mismo Cloud, quien, en un juego donde puedes entrar sin llamar en el domicilio de todo el mundo, remarca que esa es SU casa, haciendo gala del orgullo que le provoca ser propietario de un chalet en la playa y reafirmando al jugador en que la compra habían sido giles muy bien gastados. (Paradójicamente, tendremos a un gorrón durmiendo en el sótano al que no podemos echar).

La localización es tan popular que repitió en el simpático Crisis Core para PSP (un juego que supo entender el tono y el humor del juego original mucho mejor que cosas como Advent Children), en una serie de desenfadadas misiones secundarias en las que Zack intenta relajarse, hacer flexiones (al estilo de cierta competición por una peluca que los fans del original recordarán) y disfrutar durante su tiempo de vacaciones, pero este siempre se ve arruinado por la visita de los miembros de los Turcos, quienes vienen a alertarnos del ataque de mostruos marinos que llegan hasta la costa, y de los cuales Zack tiene que librarse enarbolando una sombrilla.

A falta de ver cómo se recreará esta zona del juego en el remake por entregas que está por llegar, los aficionados a las peripecias de Cloud y compañía pueden volver a las olas envueltas en música Bossa Nova mientras sus héroes se toman un merecido descanso en la Villa de Costa del Sol.

  1. La primera vez que jugué al FFVII me quedé muy loco de ver un pueblo con nombre en español, y siempre me llamó la atención este reducto de luz y sol en un juego oscuro como este.

    Pero claro, estos pequeños detalles son también los que le dan ese alto estatus a este juegazo

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