Hace nada fui a comprar recomendado por gente de confianza la nueva entrega de la saga Pokémon, Pokémon Let’s Go Pikachu, con unas expectativas prometidas de encontrarme con un remake del original Pokémon amarillo. Este juego, una versión de rojo y azul de Game Boy, ya tuvo un remake en la Game Boy Advance; muy bueno por cierto.
Bajo la misma premisa no me importaba volver a pasar una vez más por caja para volver a disfrutar de este gran clásico con gráficos actualizados, además disfrutando de mi querido Pikachu. Todo parecía indicar a que iba a salir bien, prometía un remake del original pero que a la hora de lanzar la Pokéball había que hacer un gesto característico al modo que podemos usar en Pokémon GO.
Para mi desagradable sorpresa, descubrí que el juego para nada se trataba de un remake sino de un lavado de cara orientado en el universo de Pokémon GO. Mi vaga esperanza de que el juego tuviera los combates del juego clásico quedó totalmente frustrada por el hecho de que no existen combates. Sí es cierto que se pueden combatir contra los entrenadores que vamos encontrando, y con alguna serie de entrenadores fijos con los que podemos medirnos varias veces. Pero el juego al uso se basa en el hecho de hacer un gesto lanzando la “Pokéball” a los Pokémon que nos vamos cruzando sin ninguna interacción que no sea hacer el gesto con el accesorio de marras. Que, por cierto, a no ser que compres (vale 40 €), no puedes acceder a Mew; pero bueno, se puede jugar con los Joycon.
El juego ofrece una dificultad prácticamente inexistente, puesto que lo único que tenemos que hacer para “levear” a nuestros Pokémon y que estos vayan subiendo sus atributos es agitar el mando hacia delante en un gesto de intentar tirar una Pokéball. Además hay que fliparse y hay que fliparse mucho, ya que si no intentas hacer el movimiento con una manera más o menos acertada, la Pokéball no consigue llegar a su objetivo. No vale ningún tipo de botón ni combinación de botones puesto que el juego está diseñado para jugar o bien con controles con sensor de movimiento o con la pantalla táctil, así que aquellos que queráis jugar con el mando ya lo podéis ir dejando aparcado.
Si conseguís superar el hecho de una dificultad inexistente y solo poder combatir unas cuantas veces en sitios contados. Si es verdad que disfrutaréis mucho si sois de aquellos que son usuarios activos del universo Pokémon GO, ya que el juego ofrece la oportunidad de transferir Pokemon. Puesto que no soy uno de esos afortunados, no he podido disfrutar en exceso este juego, que si bien luce bien en aspecto, queda totalmente lastrado por esa jugabilidad totalmente vacía.
Uno de los aspectos que todo el mundo ha puesto como positivos es el hecho de poder “manzurrear” a los Pokémon y hacerles carantoñas; sin embargo esto lo podéis hacer con los animales de la vida real y conseguiréis establecer un vínculo mucho mayor que el de con un programa de ordenador.
Conclusión de Pokemon Let’s Go: Pikachu
He decidido ponerle de nota un 3.
- Uno porque tiene gráficos, no bueno peros los tiene.
- Un dos porque tiene a Pikachu y todo lo que tiene a Pikachu siempre mola. En esta ocasión ese punto hay que quitarlo si tienes la opción de Eevee, porque no hay nada más cutre que el que va de snob diciendo que Pikachu está muy manido. Estás hablando de Pokémon, tío.
- No voy a evaluar la música por si me voy a Pueblo Lavanda y me entran pesadillas.
- El último punto tiene que ver con una de sus grandes ventajas, y es que permite jugar con una sola mano, con lo cual, se puede comer pizza mientras se juega.
En definitiva, un juego que hubiera sido muy bueno que ha quedado lastrado por una jugabilidad orientada totalmente a un público ocasional. Es una especie de Candy Crush del Pokémon.