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Películas y videojuegos: El salón recreativo en Terminator 2

Ven conmigo si quieres jugar

Ayer, Dani-sensei nos llevaba a un Sega Arcade, un centro integral del ocio que demuestra que en Japón los salones recreativos siguen estando vigentes. Si bien aquí por desgracia ese modelo de negocio ha desaparecido, aún podemos hacernos una idea del ambiente que se respiraba en su día en estos locales a través de eventos como los que organiza Gamuza, del trabajo de gente como Remember Arcade que aún recrea muebles en los que jugar a los clásicos, y también a través de algunas escenas de películas de culto, como aquella en Terminator 2: Judgement Day (James Cameron, 1991) en la que John Connor disfruta en una alucinante galería arcade en la que hay máquinas que son verdaderos tesoros de la historia de los videojuegos. Todos recordamos el espectacular mueble de After Burner en el que jugaba, pero había muchas otras. ¡Vamos a verlas!

Comienza la escena, los chavales se agolpan para jugar en las distintas máquinas a ambos lados del salón. John está jugando a uno de los clásicos: Missile Command (Atari, 1980), el juego en el que tienes que defender a tu base y tus ciudades de un ataque nuclear mediante el empleo de un escudo antimisiles, lanzando los tuyos para interceptar los ICBM del enemigo. En la película se ve el extraño sistema de control del juego: un trackball con el que tenemos que mover el cursor hacia donde queramos lanzar nuestros proyectiles.

La secuencia resulta simbólica en más de un sentido: de una parte, profetiza el hecho de que en el futuro John Connor tendrá que ayudar a la humanidad a sobrevivir al ataque nuclear lanzado por las máquinas, de otra parte, la pantalla de fín de juego, mostrando las letras THE END en medio de una explosión, es un ominoso recordatorio de la futilidad y la imposibilidad de ganar en un conflicto termonuclear, y también una ventana a la esperanza: el film se lanzaba en 1991, coincidiendo con la disolución de la Unión Soviética y el fín (“the end”) de la Guerra Fría.
Si bien el empleo de este juego es más que deliverado y complementa con sutileza premonitoria la trama del film, hay muchas otras máquinas que podemos ver en la galería.

Por ejemplo, unas niñas están jugando en un colorido mueble (que gracias a la magia de la edición de sonido se muestra extrañamente silencioso, pudiendo oír los ruidos de los botones al pulsarlos en lugar del guirigay que debería haber), y si bien desde este ángulo no se aprecia muy bien qué qué juego se trata…

…en el siguiente plano vemos que es Trog (Bally Midway, 1990), un simpático juego de hasta 4 jugadores al estilo bomberman en el que los jugadores se ponen en la piel de cuatro dinosaurios de colores que tienen que defenderse de los trogs, unos cíclopes cavernícolas.
Estas dos niñas no son las únicas que están jugando: hay bastante paridad entre el público de este salón.

Una e ellas está jugando a Arch Rivals (Bally Midway, 1989), el popular juego de baloncesto en el que no se pitan las faltas, lo que se traduce en que hay que luchar activamente y jugando sucio por la posesión del balón. Al igual que ésta, algunas máquinas apenas sí se pueden ver durante unos escasos frames, o aparecen en el fondo desenfocadas por el efecto de profundidad de campo…

…como esa máquina de Rampage (Bally Midway, 1986), el recordado título en el que gigantescos mostruos de película se dan de mamporros sembrando el caos a su paso, suponiendo esta destrucción colateral de la ciudad todo un placer culpable y el motivo que nos impulsaba a probar el juego por encima de derrotar a nuestro rival.
El amigo macarra de John va a por cambio (, otra de las señas de identidad de este tipo de negocios: el “señor del cambio”, eterno portador de una riñonera repleta de monedas de cinco duros). El mullet de este chaval añade otra de las características de los recreativos: los chavales gamberros de mal vivir que se dedicaban a fumar y se te acercaban por detrás mientras jugabas, pidiendote que “les dejases una vida” (, a lo cual accedías a regañadientes a fín de que no te zurrasen).

Para limpiar esta imagen de peligrosidad y atraer al gran público, Yu Suzuki, el genio de Sega, se propuso renovar el concepto de los salones recreativos mediante el diseño de muebles llamativos que añadiesen funciones extra, como el juego al que se marcha John Connor mientras espera a su amigo: la espectacular cabina Deluxe de After Burner (Sega, 1987).

Situada en el local justo enfrente de un Pinball de Harley Davidson, esta versión del mueble del juego de combate aéreo no solo gira hacia adelante y hacia atrás, sino que tanto el asiento como el monitor cabecean y se inclinan de lado a lado (, en la película se ve claramente cómo el monitor se inclina, pero el movimiento del asiento no se hace tan evidente,) mediante una serie de sistemas hidráulicos, aumentando enormemente la inmersión. Y gracias a esto está tan inmerso John Connor en su partida que no se da cuenta de que hay un policía preguntando por él a los chicos del local.

Pero al menos al estar dentro de la cabina está parcialmente oculto, una ventaja que no huiese tenido de haber jugado a la versión stand-up de After Burner que hay al fondo a la derecha (¡El dueño se ha hecho de los dos modelos!), a la máquina de Arch Rivals de la izquierda, o a la de Smash TV (Williams, 1990) de la derecha (que aunque no se vea de frente es reconocible por el logo de la empresa y la tira roja sobre fondo negro que le sigue).
El caso del cameo de Smash TV en el filme es curioso, ya que su jugabilidad está inspirada por la película Perseguido (The Running Man, 1987), protagonizada también por Schwarzenegger. ¡Arnoldception!

Una vez John se da cuenta de que un agente el orden le persigue, intenta huir por la puerta de atrás del local, pasando al lado de una máquina de Space Invaders (Taito, 1978), el mítico título creado por Toshihiro Nishikado (distribuido por Midway en USA) que no solo acuñó en España el término eufemístico “marcianitos” para referirse a todos los juegos de recreativa en general, sino que en Japón tuvo tan buena acogida y resultaba tan adictivo que provocó en Japón una escasez de monedas de cien yenes.
Aunque Connor abandona la galería por la puerta trasera, aún tenemos tiempo de ver, casi de refilón, alguna máquina más.

En concreto, este Hit the Ice (WMS, 1990), el juego de hockey sobre hielo donde hasta cuatro amigos pueden dejar a un lado la deportividad y darse de mamporros a golpe de stick. Este plano también nos permite apreciar mejor la decorción del negocio, con ese arco de fluorescentes de luz negra dandole un aire futurista tech-noir.

Terminator 2 se rodó en Los Ángeles, ciudad que cuenta con muy buenas representaciones virtuales en juegos como GTA V, pero si os interesa visitar la localización exacta de los recreativos de esta escena, se trata del centro comercial Northridge Fashion Center, aunque sufrió importantes remodelaciones en 1994 y ya no es tan reconocible, sinedo mucho más similar el famoso Sherman Oaks Galleria, en el valle de San Fernando.
El complejo, y la cultura adolescente de centro comercial que se formó alrededor del mismo inspiró la canción satírica “Valley Girl”, de Frank y Moon Zappa. También ha servido como escenario para infinidad de películas.

En el comentario del director de la versión doméstica de la película, James Cameron explica que Eddie Furlong, el actor que interpretaba al impuber John Connor, disfrutó el día en la galería arcade por encima del resto de días de rodaje, ya que todas las máquinas estaban configuradas en modo Free Play, y se pasó todo el día jugando gratis con ellas. Y, qué demonios, ante semejante despliegue de juegazos, nosotros también lo haríamos.

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