ANÁLISIS

Por la Patilla: Forza Motorsport 6 Apex

Ser aficionado a los videojuegos es un hobby que no está al alcance de todos los bolsillos. Por suerte, existen iniciativas que nos permiten disfrutar de nuestro pasatiempo favorito sin gastarnos un duro. Y aunque las palabras “juego gratis” suelan asociarse mentalmente a productos de ínfima calidad o saturados hasta los topes de publicidad o […]

Ser aficionado a los videojuegos es un hobby que no está al alcance de todos los bolsillos. Por suerte, existen iniciativas que nos permiten disfrutar de nuestro pasatiempo favorito sin gastarnos un duro. Y aunque las palabras “juego gratis” suelan asociarse mentalmente a productos de ínfima calidad o saturados hasta los topes de publicidad o compras “in-app”, la verdad es que existen numerosos títulos que ofrecen propuestas de calidad, como Forza Motorsport 6 Apex, un pedacito de la franquicia de Turn 10 que Microsoft ofrece de forma totalmente gratuíta a todos los usuarios de Windows 10 y que resulta sorprendentemente completo y extenso.

Nada más terminar la descarga desde la store y arrancar el juego, nos pone a los mandos de un Ford GT y nos lanza por las soleadas calles del circuito de Rio de Janeiro. Si jugamos con un mado de xbox o con uno de los volantes soportados, saltaremos a la diversión sin tener que configurar absolutamente nada.
Una vez superada esta carrera a modo de toma de contacto, tendremos acceso al menú principal, en el que contamos con la partida libre, en la que competir en un circuito de nuestra elección con alguno de los coches que hayamos desbloqueado, el apartado Spotlight de eventos online (del que hablaremos más adelante) y la opción Circuitos de Motorsport, donde está el grueso y el fundamento del juego, y en la que tendremos que acomenter con una serie de pruebas para un jugador cumpliendo con una serie de objetivos, consistentes en lograr ciertos tiempos de vuelta, o desactivar algunas de las ayudas, como la línea de trazada o el control de tracción y estabilidad. Si logramos cumplir varios de estos objetivos, obtendremos una mayor puntuación, la cual nos dará medallas que nos premiarán con nuevos coches para nuestro garage.

Estas pruebas , presentadas en video por diversas personalidades del periodismo del motor, (incluidos James May y Richard Hammond, los cuales los aficionados conocerán por el programa Top Gear) cubren una serie de desafíos lo más variados posibles, cada uno dedicado a un tipo de vehículo (turismos normales, muscle cars, deportivos italianos, deportivos abiertos como el Ariel Atom…) o de condiciones de conducción (lluvia, noche…), amén de algunas pruebas más desenfadadas, como derribar con una pick-up la mayor cantidad de conos posibles.
Esto, sumado a los requisitos específicos de cada desafío, hace que llegar el primero no sea la última y única meta del jugador, y hace las etapas de la campaña tan diferentes entre sí que consigue convertire en una experiencia memorable y que invita a volver a seguir jugando con menos material que otras propuestas cuyos “career modes” acaban  consistiendo en correr el mismo tipo de carreras en los mismos circuitos técnicos una y otra vez.

No se puede decir que el juego esté parco de material o sea una mera demo. Los 63 coches y 6 localizaciones (con un total de 20 configuraciones distintas) de Apex, aunque puedan parecer poco en comparación con las listas de varios centenares de deportivos de sus hermanos mayores, no se distancian tanto de los 65 que incluía el primer Project Cars, o incluso están por encima de los 44 de Asetto Corsa. Habida cuenta de que este es un juego gratuíto, parece mentira la cantidad de contenido y horas de diversión que atesora. De hecho, aquí entra en juego el modo Spotlight que ya hemos comentado, que viene a ser una extensión vía internet de la campaña, de manera similar a los eventos online para un jugador de Gran Turismo 6, con la salvedad de que, al contrario que los del juego de Polyphony, donde no son más que simples carreras separadas por potencia del coche, aquí el juego de condiciones a cubrir aumenta enormemente la variedad, que no se limita a las carreras: Time attack, derrapes… en estas pruebas online incluso hay en ocasiones eventos donde hay que hacer slalom por una serie de puertas. Este factor de novedad invita a volver ocasionalmente para ver en que consiste el nuevo desafío.

Por otra parte, podemos descargar la app Forza HUB, donde se subirán de manera automática nuestros progresos, y donde conseguiremos una serie de puntos de experiencia, los cuales, una vez subamos de nivel, nos reportarán premios como coches desbloqueables, o incluso créditos que podemos gastar en otros títulos de la saga Forza, tanto en PC como en consola, siempre que empleemos la misma cuenta de xbox live.
Existen algunos DLC y compras in-game, pero en ningún momento se hacen necesarios ni son muy obstrusivos: el propio sistema de medallas permite una progresión adecuada en el desbloqueo de coches y eventos. Sin ir más lejos, Forza Horizon 3 resulta mucho más pesado a la hora de anunciar DLCs y contenidos de pago.

El juego sigue contanto con las características que ya se han convertido en seña de identidad de la saga, como el genuíno y divertido botón de rebobinado: una suerte de segunda oportunidad que nos permite regresar atrás en el tiempo a un momento anterior de salirnos de una curva, o de perder el control por haber calculado mal. Puede parecer que esto arruina la jugabilidad, pero nada más lejos: invita al jugador a apostar por el perfeccionismo, elimina la frustración y, de hecho, en algunas pruebas es condición indispensable para acumular más puntuación el desactivarlo.
El sistema de puntaje también tiene en cuenta las curvas que tomemos bien, o perfectas, así como los adelantamientos más atrevidos, el tiempo que pasemos a rebufo… Recuerda levemente al sistema de kudos de la extinta serie PGR. También sirve como contrapeso al botón de rebobinado: habrá veces donde quizás nos veamos tentados a rebobinar e intentar acometer la próxima curva de otra forma, pero eso quizás signifique renunciar a los puntos por ese adelantamiento tan bueno que acabamos de hacer.

También se mantiene el sistema Drivatar, que traslada a los oponentes de la IA algoritmos que imitan el estilo de conducción de otros jugadores de Forza, dandoles una “personalidad” y haciendo que no se limiten a ser una procesión de coches de scalextrix a los que adelantar.
El manejo de los vehículos depende enormemente de las ayudas que activemos: Si las desactivamos todas, el juego se vuelve casi un simulador y nos veremos mucho más beneficiados del empleo de volante, pero con solo algunas activadas, el control con mando ya es placentero y preciso, sin llegar nunca a ser un arcade al 100%. Aquí no podemos pisar alegremente el acelerador a fondo sin sobrevirar por el exceso de potencia transmitido a las ruedas, de igual forma que si cogemos un charco de mala manera la diferencia de tracción entre ruedas nos hará perder el control

A este realismo se suma el apartado gráfico, que a pesar de ser la primera ocasión en que Forza abandonaba los circuitos de los ordenadores personales, es todo un caramelo a nivel visual, técnico y de rendimiento: al motor empleado por Forza 6 se suma la escalabilidad del PC, gracias a un modo dinámico que sitúa al juego siempre al máximo posible de fidelidad visual priorizando y manteniendo una tasa de frames estable. Si contáis con el suficiente músculo en vuestro equipo, el juego se pondrá a resolución 4K, incluso aunque vuestro display sea “solo” fullHD, empleando la resolución extra para hacer un downsampling, obteniendo como resultado una increible calidad y claridad de imagen, que nos ofrece siempre un horizonte nítido y definido, y permite cosas como utilizar en la vista de cabina los velocimetros del salpicadero (en lugar de los de la interfaz) para leer las revoluciones y la velocidad, algo posible, por otra parte, gracias a la excelente labor de recreación de la gente de Turn 10, que ha logrado unas reproducciones de los vehículos fotorrealistas, tan cercanas a la realidad que solo son superadas a día de hoy en apenas algunos detalles por GT Sport. Este nivel de dedicación y fidelidad lo podremos apreciar en la otra marca de la casa que es el modo Autovista, donde podemos deleitarnos en contemplar nuestros vehículos desde todos los ángulos, incluso echar un vistazo bajo el capó, o inmortalizarlos en el modo foto, pudiendo subir las imágenes creadas a Forza HUB y descargarlas a nuestro equipo.

Pero no solo los vehículos, también los circuitos y la climatología se nos muestran en pantalla con un nivel de espectacularidad pocas veces visto. A los árboles que pasan como un borrón por el rabillo de nuestro ojo gracias a un excelente uso del motion blur, se suman detalles como el reflejo del salpicadero y nuestras propias manos en el parabrisas, las sombras proyectadas por los vehículos que se cruzan por delante de nuestros faros por la noche, o la recreación de la lluvia, que tanto en su comportamiento sobre el salpicadero dentro de la cabina como las gotas que impactan sobre la carrocería y la cámara en la vista exterior asustan por su verosimilitud, y dotan de escalofriante espectacularidad a la conducción en medio de una tormenta furiosa.

En definitiva, un juego de carreras por derecho propio que sin duda los aficionados al género sabrán apreciar, ¡Y sin costar un duro! Aplaudimos la propuesta de ofrecer un título así de manera gratuíta, y cruzamos los dedos porque iniciativas similares se repitan en el futuro.

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