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Especial San Valentín VR: Summer Lesson

Adorables clases particulares en PSVR

Cuando Sony anunció que saltaba al carro de la realidad virtual con su propio hardware, varias empresas se lanzaron a desarrollar para el nuevo casco, tomándose esta aventura como un campo de pruebas para ver qué tipo de experiencias funcionaban en este medio. Esa palabra, experiencias, es la tónica predominante de esa primera generación de títulos. A juegos como Batman Arkham VR, que te permitía “experimentar” ser el cruzado de la capa, se le sumaba Namco con este simpático Summer Lesson: Hikari Miyamoto, un “tutoring sim” o “social simulation game” al estilo de muchos juegos nipones bishoujo.

El cinismo de la prensa: lo realmente dañino

Por desgracia, por culpa de la manía imperante en aquellos momentos por parte de la prensa especializada de estigmatizar los juegos centrados en interacciones con personajes virtuales como meros “waifu simulators”, tildándolos de juegos para “weebs” y fracasados (hay artículos incluso tachándolo de terrorífico o de potencial generador de violadores, no bromeo) han repercutido en que estos títulos no tengan lanzamientos fuera de territorio asiático, habiendo apenas representantes del género en la store de PSVR.

Al parecer, para ciertos periodistas reventar vísceras de demonios en mil pedazos con munición de grueso calibre es un pasatiempo sin consecuencias, mientras que interactuar con un personaje virtual majete y de estética japonesa puede suponer el fin de la civilización como la conocemos y el camino hacia la depravación del individuo. Vaya por delante que yo soy el mayor fan que pueda haber de DooM VFR, solo quiero destacar el cinismo de las vitriólicas reviews que se vertieron en su día.
El extraño confinamiento y la situación jamás vivida con el COVID que nos encerró a todos en casa ha demostrado, con el tiempo, que los juegos como Summer Lesson son un divertimento inocente que puede incluso ayudar a combatir la soledad (el mal del siglo XXI, especialmente acuciante en Japón, que es donde estos juegos tipo visual novel tienen mayor demanda, habiendo opciones tanto para jugadores como para jugadoras), combinándolos con experiencias más sociales como Rec Room.

Sin embargo el daño ya está hecho y, mientras que en Steam la oferta es mucho mayor (so pena de los prohibitivos precios que puede alcanzar la VR en la plataforma), en PlayStation parece que nunca llegará este lanzamiento a tierras europeas. Es por eso que estamos jugando una copia para mercado asiático (no confundir con la versión para mercado japonés) comprada mediante tienda de importación.
El texto del juego está completamente traducido al inglés (con voces en japonés) y funciona en una cuenta de Europa. También incluye todos los DLC y eventos extra para Hikari. No se necesitan compras adicionales.

Ayudando a Hikari a convertirse en una estudiante de provecho

Después de jugar Focus on You, un juego que se centra en momentos inocentes y adorables, cosas que parecen faltar en un mercado de realidad virtual plagado de juegos de matar zombis y experiencias de terror (por muy buenos que sean), tenía curiosidad por ver qué ofrece Summer Lesson, un juego más conocido pero inédito en el oeste, y debo decir que sorprende gratamente.
El título, a pesar de lo que la prensa ha parecido dar a entender, no es un Dating Sim, sino un life simulation game más cercano a tratar de hacer prosperar a uno de tus personajes en un juego de Los Sims que de ganarte los afectos de nadie.

Como tutor privado, tienes una semana para ayudar a Hikari a aprobar sus exámenes. Todos los días prepararás tus lecciones con anticipación, planificando en qué asignaturas te enfocarás (literatura, ejercicios de lógica… etc.) y cuáles serán los temas de conversación durante el descanso del estudio.
Dependiendo de su estado de ánimo ese día y de los temas que elijas, sus estadísticas aumentarán o disminuirán (inteligencia, motivación…). Cuanto mejor hagas tus elecciones, más sacará provecho de la lección y más feliz estará. Si la lección va a la perfección, ella podría invitarte a comer un poco de pastel, o podríais ir a tomar un poco de aire fresco al santuario shinto cercano. Al final, obtendrá mejores o peores calificaciones dependiendo de tu tutorizaje.
El juego está pensado para ser jugado con mando, sentado cómodamente, y simula que la chica te ha puesto un taburete para que puedas sentarte mientras ella estudia en su mesa. No es lo más interactivo del mundo, pero funciona en este contexto.

Por supuesto, no se puede hacer que Hikari alcance su máxima capacidad en la primera partida. Sus estadísticas se restablecen en cada partida, pero tus habilidades para enseñar ciertas materias y temas se mantienen de una partida a la siguiente. Para los que alguna vez hayan jugado a Princess Maker II, esto es más o menos lo mismo, pero en lugar de tratar de hacer que el personaje principal sea la mejor princesa que pueda ser, estás tratando de hacer que sea la mejor estudiante posible.

Interactuando con tu alumna (y lidiando con sus pocas ganas de estudiar)

Hikari es una chica de su edad, al principio realmente no quiere estudiar tanto como hablar de sus pasatiempos y amigos. Desarrollarás este tipo de cariño de “hermano mayor” hacia ella, y genera cierto “orgullo de tutor” que mejore con el tiempo.
Sin embargo, la niña no tiene ningún sentido del espacio personal, por lo que cada vez que se entusiasma demasiado después de una lección, por ejemplo, podría insistir en compartir un par de auriculares contigo para que puedas escuchar su canción favorita, y se pone bastante cerca de ti sin darte cuenta, pero el juego nunca se adentra en territorio fanservice o formas lascivas.
A menos que tengas más o menos su edad, ella es tan joven y enérgica que estos momentos tienden a ser tiernos e inocentes. (De hecho, a mí lo que me hace sentir es muy mayor en contraste. Supongo que uno ya va teniendo una edad). Al final, es una experiencia muy entrañable.

A todo esto ayuda una presentación realizada por parte de Bandai Namco con mucha solvencia técnica. Los gráficos se ven muy nítidos y detallados (algo que no siempre suele ser el caso con los juegos de PSVR), pero no es solo la definición: la iluminación hace que los entornos se sientan muy creibles. El juego se mueve en una estética entre realista y ligerísimamente anime, lo cual ayuda a que no se llegue a ese tenido “valle inquietante”. La propia Hikari está muy bien animada y algunas de sus reacciones son bastante graciosas.

Existen otros dos episodios adicionales con otras dos chicas, y un recopilatorio con los tres episodios juntos (si nos lo indicáis en los comentarios, podríamos ver cómo de diferentes son como estudiantes respecto a Hikari).
Si no os importa tener que rascaros el bolsillo con el mercado de importación, y queréis probar lo más similar queofrece la VR a trabajar impartiendo clases particulares a la chavalada (y notar ese shock del contraste generacional por el camino), no dudéis en haceros con él. Incluso tras este tiempo sigue sin haber nada parecido en PSVR.

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